Es Tiempo de Grandes Ideales


El fin de semana del 20 y 21 de octubre realizamos como grupo una salida pedagógica a una finca, la idea era que fuera tipo retiro. El lugar fue realmente muy agradable, alejado del ruido de la ciudad, con paisajes hermosos y un aire diferente. La vegetación y el cielo azul, inmediatamente te hacían relajar, olvidar el estrés y disfrutar más el momento. Fuimos muy respetuosas con este sitio ya lo mantuvimos limpio, en ningún momento vi basuras tiradas en el suelo o algo por el estilo.

Cuando llegamos  nos tocó subir caminando hasta la finca porque el bus no pasaba por ahí, fue muy gracioso porque íbamos demasiado encartadas y la finca era muy arriba, pero como siempre, nosotras le sacamos recocha a todo. Al llegar, nos ubicamos en las camas y nos pusimos cómodas; luego nos descubrimos del amigo secreto y cada quien quedaba libre para disfrutar el lugar de la manera que deseara, no estábamos obligadas a nada y creo que eso fue lo mejor. Nosotras mismas nos encargamos de la comida, lo cuál era extraño porque no cocinamos mucho que digamos, aún así todo salió bien porque todas tenían una función.


El momento más impactante de la salida llegó a la media noche del viernes; pasamos 3 horas trabajando el espíritu, pero no fue para nada aburrido, a pesar de la hora todas estábamos muy despiertas. La pasé muy bien en los juegos ya que soy una persona muy competitiva, pero no era solo jugar por jugar, se trató de algo más profundo; cada base estaba relacionada con nuestra vida y las cosas que pasan en ella. El plato fuerte empezó con la terapia de abrazos, en ese momento las emociones estaban a flor de piel y las lágrimas no se hicieron esperar... Fue bastante sorprendente ver llorar a tantas personas en un mismo lugar y escuchar historias de compañeras que vemos a diario pero en realidad no sabemos por lo que han o están pasando, todos tenemos nuestro propio apocalipsis personal, supongo. Por un momento no existieron las rivalidades, ni las cosas que nos separan, eramos todas humanas y vulnerables; incluso aquellas que se las dan de no tener corazón. Fue muy grato haber compartido un momento así antes de graduarnos, son cosas que no van a volver pero quedan guardadas para siempre en cada una de nosotras.


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